con
mano firme,
hundiendo
las yemas de los dedos,
horadando
una piel anhelante,
buscando
provocar preguntas nuevas.
Despacio,
palmo
a palmo,
lamiendo
cada poro abierto,
bebiendo
el néctar del placer,
rozando
el otro lado del deseo.
Con
violencia,
con
poderoso ímpetu,
perforando
las ansias,
llegando
hasta el origen,
arremetiendo
contra lo instaurado.
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