no
me vio, ni se paró
y
se deslizó por la calle sin girarse.
Llamé
de lejos a tu pelo
me
ignoró, no escuchó
y
siguió su camino sin girarse.
Silbé
al ver pasar tus manos
ni
miraron, no saludaron
y
se fueron deprisa sin girarse.
Intenté
alcanzar tus ojos
se
desentendieron, ni se inmutaron
y
corrieron despreocupados sin girarse.
Busqué
entre el gentío tu corazón
me
desdeñó, no respondió
y
me arrinconó para siempre sin girarse.
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