Sólo sirve mi
debilidad
para alimentar
la fuerza de tu deseo;
las dudas que
todo acaparan
hacen crecer
tu bola de nieve;
la desazón
temerosa de lo correcto
excita tus
inmensas ansias;
y mientras luchamos,
la vida pasa.
El gozo de mi
día a día
sólo consigue
desarmar tus razones;
la avaricia de
disfrutar este regalo
amedranta tu
fingida estabilidad;
el arrebato
que crece y crece
te amenaza
desde el interior;
y mientras
luchamos,
la vida pasa.
La vida en
guerra pasa y arrasa,
y pasará la
guerra pero quedará la vida.
En el recuerdo
seguirá la lucha,
las almas caídas,
la felicidad perdida
pero habrá
pasado toda oportunidad de vivirla.
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