Ha vuelto.
Tu olor ha regresado
con el jazmín y la mimosa;
tu aroma a sándalo y brasas
ha cubierto mi jardín
y, con él,
tu sabor
que ha ofuscado mis papilas;
el gusto a salitre y algas
a pimienta y a clavo,
ha acampado en mi hogar.
Y han vuelto
la vigilia impaciente,
la siesta febril,
el ardiente sueño.
Han vuelto,
aunque nunca estuvieron;
y se irán igual,
sin haber estado.
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