sábado, 13 de octubre de 2018

* La marea



Disfrutar de la marea que sube,
escuchar su sonido cadencioso,
ver la espuma deshacerse en pompas en la orilla empapada,
refrescarse, dejarse llevar, hundirse,
... ser feliz.

Hasta que sin darte cuenta
empieza a bajar,
a alejarse,
a llevarse todo lo que te había depositado en la arena.

Y de repente el mar se va,
queda lejos,
muy lejos,
y el horizonte
se vuelve inalcanzable.

Mientras,
el sol insistirá en reflejar todo lo que fue 
y que ya no existirá más. 
Y sólo quedará un olor profundo y dulce,
el de las algas 
abandonadas a su suerte, 
a una suerte indefinida y triste.



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