Si
se viera la luz desde la lejanía de otro planeta,
o
aunque me llegara el resplandor a través de la galaxia,
nunca
encontraría el camino.
Por
más que sus destellos cieguen a las estrellas,
y
pese a que su esplendor haga olvidar el del sol,
este
faro nunca me enseñará el camino.
Aún
sabiendo que su centelleo se abrirá paso entre agujeros,
y
con la certeza de que no perderá su fulgor en la distancia,
nunca
serviría de guía en mi camino.
Porque
mi camino debe evitar su fulgor,
y
mis pasos correrán hacia el otro lado del mundo,
sorteando
ráfagas que iluminen sueños imposibles,
buscando
a tientas otro destino en un universo oscuro
deambulando
para siempre en un cosmos sombrío.
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