llevo permanentemente perfume a noche de verano.
Por si dejo de recordar el calor de tus yemas,
uso cálida ropa de abrigo siempre.
Si un día ya no resuenan en mis oídos tus suspiros
escucharé música sin descanso
para no atender a nada más.
Y si no sintiera tu cuerpo en mi interior
al meterme en la cama,
dejaré de dormir para que nunca llegue ese invierno.
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