Escondida
en el bosque
dejando
que pasen de largo las horas
y a
hurtadillas los días.
Espero
a que todos se vayan
y la
calma se encienda
para
salir a respirar algo de vida.
No hay
razón para dejarme ver
ni razones
por la que ocultarme,
aunque
mejor entre tus sombras
mejor
entre tus árboles,
a
resguardo de marejadas grises
y negras
tormentas.
Oculta
en la paz de tu silencio,
bordeando
certezas y suposiciones,
sujeta
a pantanosas dudas
y aferrada
a ramas que se quiebran.
Las
raíces en el cielo,
la
copa enterrada profundo
y las
hojas al antojo de tus vientos…
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