Cruzan
las nubes una noche tibia
de
cervezas y azoteas,
de
susurros y gorjeos,
de
reflejos y destellos.
Se
cuela la brisa
entre
hojas de palmeras y ropa tendida
mientras
sobrevuelan las palabras
por
tejados mudos y sombríos
regalándoles
sentido y luz.
Llegan
murmullos lejanos
de
risas, olas, coches, perros,
que
se instalan cautelosos
entre
los rincones buscando acomodo
en
los acogedores y cálidos silencios.
Esperando
la redondez de la luna
se
deslizan los minutos por las fachadas
se
asoman tímidas las estrellas y
se
escabullen los sentimientos por los dedos.
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