* Tu camisa

Meter la mano por el cuello de tu camisa
Y acariciar un pecho que me reclama con urgencia.
Desabrochártela toda después,
para poder pasear mi nariz y olerte,

y aspirar tu sexualidad,
deseando contagiarte las ganas.

Liberar tu cuerpo de cubiertas,
de tejidos que no sean mi piel
y absorber tu corazón
por cada poro abierto a mi boca.
Manosearte con apetito
deleitándome en cada uno de los rincones

que te puedan ofrecer placer
hasta volverte loco de deseo.

Suspirar con lujuria en tu oído
para que, con los ojos cerrados,

tus sentidos lleguen al orgasmo

mucho antes que tu cuerpo
y en el camino

deshacerme en gemidos y jadeos de satisfacción.