domingo, 12 de enero de 2020

* Confidencias


¡Ven, escucha, acércate a mí!

Voy a contarte cosas que hoy no ves
porque la noche está espesa
pero aguardan impacientes a tu alrededor.

El agua estancada que gorgojea suave al ritmo del surtidor
te cuenta la desidia que la llena encerrada en este estanque.

Las plantas que te miran, sin sol que las haga resplandecer,
susurran a la brisa la pena que las hace marchitar.

Piensa en las piedras frías que levantan estos muros
acumuladas tras años de fatigas por alguien que hoy ya no está.

Esa celosía en la ventana tras la que se esconden las almas
que lloran de amor, ahora solo busca que compartas su desdicha.

El árbol que nos cobija se aferra a la tierra con el deseo
de permanecer siempre, pero se pudre despacio por dentro.

Estas confidencias que hoy saturan tus oídos,
serán mañana el leve recuerdo de una vida que pasó.
Todo cuanto vivas esta tarde
con la luz del día dejará de existir.
Atiende los latidos que suelte tu corazón,
no sea que se pierdan sin ser oídos en el sueño eterno.

¡Vive la belleza de tu propio paisaje 
antes de que todo se transforme en naturaleza muerta!  

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