a la
que llegué por error
y a la
que amé consternada,
abandonada
a mi suerte y a mis miedos!
¡Cuánto
intentando no ver,
escondida
en lo negro y lo denso,
al abrigo
de una oscuridad acogedora,
intentando
llegar al fondo,
rebuscando
unos sentimientos hundidos
en lo
profundo de este pozo
amargo
y adorado,
del
que no pretendía salir!
Mis deseos fueron no más las tinieblas,
la
amable confusión de la incertidumbre,
el
gozo con la desazón y el sufrimiento
y nada
más que lo oscuro y el dolor.
Pero
he vuelto la esquina y allí estaba.
El
nuevo día no ha podido esperar más,
no ha
querido esperar más,
no ha
sabido esperarme a mí,
y mi
desesperación y mi angustia
han
huido de la luz.
El
amanecer ha trastocado mis ansias de penar
y me
ha forzado a liberarme
revolviendo
mi congoja y mi desconsuelo;
y sólo
he podido respirar….
….abrir
los ojos y luchar.
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