tu mano se acerca sin intención,
sin ofrecerse, sin tocar,
sin llenar mi mano.
Y me quedo expectante,
impaciente,
inquieta, aun sabiendo de tu necesidad,
que es la mía.
Y te busco,
inventando formas de llegar a ti,
maneras de pasar inadvertida
y rozarte.
Me arrimo.
Mi piel escudriña resquicios expuestos de la tuya
con insistente desinterés,
rogando un poco de calor,
apenas una caricia.
Pero el día acaba y te vas,
la ocasión huye,
el ardiente instante desaparece,
y tu mano se aparta,
mi piel se enfría
y el momento
....se desvanece.
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