Esperabas la noche para entrar sin llamar. Acechaste mi cansancio para deslizarte insinuante, y atacaste la debilidad de mis recuerdos magnificando la insignificancia de tu nombre. Te escondiste en lo recóndito de mi interior, desatando un éxtasis inexistente, agitando banderas que yo no nunca había enarbolado. Y no pude más que hundirme en aquel sueño en el que, aún hoy, te busco desesperada.
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viernes, 24 de julio de 2020
*Agazapado esperando
Esperabas la noche para entrar sin llamar. Acechaste mi cansancio para deslizarte insinuante, y atacaste la debilidad de mis recuerdos magnificando la insignificancia de tu nombre. Te escondiste en lo recóndito de mi interior, desatando un éxtasis inexistente, agitando banderas que yo no nunca había enarbolado. Y no pude más que hundirme en aquel sueño en el que, aún hoy, te busco desesperada.
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