Rodear
tu eje y huir.
Escapar
deslizando los pies
a
través de una arena que no deja huellas
para
que no sepas que estuve.
Volver,
sin traspasar tus fronteras,
pero
tus brazos cercan mi territorio
y me
atrapan.
Huir,
y, al
correr,
abrir nuevos
surcos indelebles
que en
la meta te alcanzan.
Un día
volveré directamente
y
atravesaré tus lindes
destrozando
tus banderas.
Seré
el tornado que arrase
lo que
hayas dejado crecer.
y entonces,
la
naturaleza
se
volverá contra ti.
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