Se
acostumbraba a la luz del sol
(había
nacido en un día radiante
en el
que los rayos la cegaban)
Miraba
cara a cara al resplandor
y se
dejaba abrasar dulcemente.
Le
atrapó la insistencia del tiempo
que
obligaba a que el calor la envolviese.
Se
durmió bajo el astro rey,
soñando,
al amor de sus caricias.
Pero anocheció...
...la noche lo cubría todo
y sus
ojos no veían más allá,
...y
lloraba.......sintió frío y miedo.
(El
hábito le había arrancado
las
ganas de vivir sin aquel resplandor)
Comenzó
a andar....
....y
se perdió entre las sombras.
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