nada que delatara que estaba yo.
Crecía la hierba verde y brillaba el sol,
corrían los animales,
volaban las mariposas,
pero no estaba yo
...y cerraste la puerta.
Oías pasos y palmadas,
notabas hablar y reír.
Abriste la puerta y no había nada,
nada que delatara que estaba yo.
Caía la lluvia y estallaban truenos,
cubrían las nubes la ciudad,
la gente se ponía a cobijo,
pero no estaba yo
...y cerraste la puerta.
Escuchaste poemas y canciones,
sentiste latidos y suspiros.
Abriste la puerta y no había nada
nada, porque ya sólo estaba yo.
Inundaba la luz la estancia,
embriagaba la música el aire
y el amor cubría mi corazón.
Cruzaste el umbral en silencio
...y cerraste la puerta tras de ti.
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