“This will only be a part of my life and my dreams”
No pretendía empezar así, en inglés, una
historia sobre situaciones vividas y soñadas en español. Bueno, a lo mejor
soñadas no, realmente. Porque yo he soñado muchas veces en inglés. Ahora no tantas es verdad, pero cuando
estudiaba filología inglesa recuerdo que el “vocabulary” me atrapaba hasta en
mis más profundos sueños. ¡Y a veces en los más ligeros también! Me rondaban de
noche todas las nuevas estructuras gramaticales que iba aprendiendo. Y me gustaba.
Me gustaba soñar en inglés y entender mis propios sueños perfectamente. ¡Sin
subtitular siquiera! Claro que, debe ser, que cuando sueñas en otro idioma
nunca introduces expresiones que desconoces, sino que tu inteligente
subconsciente sólo se comunica con el
escueto lote de palabras que controla a la perfección.
Porque hay que entender
lo que se sueña. Eso es lo más importante: entender lo que se sueña. No lo que
dices en sueños, o lo que crees que has soñado. Tienes que entender por qué
sueñas de un modo o de otro con recuerdos, personas que conoces, lugares en los
que nunca has estado o por qué fantasea tu vigilia con esos amores en los que
ya no quieres pensar o se deleita conversando con aquellos amigos a los que ya
no puedes recurrir.
Cuando repaso todas las experiencias que
se han ido acumulando en la vida, y pienso que hasta la más insignificante tuvo
que ver con lo que ahora soy, me parecen todas mucho más importantes de lo que
realmente fueron. Y pienso que habría que repasarlas y examinarlas con más
detenimiento del que se vivieron. Porque muchas se quedaron a medias, otras
astilladas, y la mayoría habría que haberlas limado un poco más y haberlas
exprimido hasta la angustia.
Y muchas, casi todas, se van repitiendo
en bucle en mis sueños.
Creo que será divertido añorar las buenas
vivencias, repasar los malos momentos y recuperar aunque sólo sea entre sueños,
aquellas que se quedaron en el camino y a las que no se les puso fin. Esas llamadas
“asignaturas pendientes”, historias a medio hacer que todos tenemos y que a
veces nos asaltan en el autobús, en el cine, mientras trabajamos y en sueños,
por supuesto.
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