Que se acerque la muerte con tranquilidad.
Dejadme terminar en paz
lo que nunca existió con sosiego.
Ahora no me hacéis ninguna falta;
no arreglaré nada con vuestra presencia,
ni podréis servirme como defensa
pues también sería una absurda farsa.
¡Lágrimas: no tenéis sentido!
Pasó mi historia sin más interés
y no quiero recordar lo que he vivido.
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