a tu encuentro,
buscándote,
pensando que
te hallará
por donde se
van las nubes.
Se va y se
lleva el día,
el viento, el
frío, el agua,
cargada con
todo lo que he podido dejarle,
con lo que he
sabido dejarle.
Y yo sólo espero
a que se vaya
escudriñando
el horizonte,
decidiendo si
voy o me quedo,
o comienzo a
preparar el nuevo día
para que al
terminar te lo lleve.
Se va el azul
y llega lo
negro.
Todo estrellas
y fulgor.
Pero negro.
Y yo sólo
espero que transcurra,
sin trascender,
sin pesar,
sólo que siga
su camino.
Se fue la luz
y con ella el
día.
Tus brazos
abiertos recibirán mi mundo.
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