Charlar y reír
por las azoteas
tomar el sol o
mirar la luna
sentarnos en
el suelo o en un poyete
y dejar que el
viento sople
del poniente o
del levante.
Yo te cuento
los días que pasan
tu me cuentas
las estrellas que brillan.
Montamos el
campamento base
mirando a la
Osa Mayor
y dando la
espalda al mundo.
Divagar,
imaginar, soñar
contar
historias alrededor de una hoguera
inventada,
anhelada, casi dibujada,
al calor de un
fuego diminuto
siempre a
punto de apagarse.
A cobijo de la
tienda cuando llueve,
expuestos a la
vida cuando escampa.
Nunca
instalados a ras del suelo,
siempre
viviendo en las alturas, y
sujetos por
frágiles pinzas a las cuerdas de tender.
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