las nubes negras, los asuntos pesados,
las cargas plomizas o los pesares absurdos,
mi pecho respiraría a lo grande
y, abriendo hasta el infinito los brazos,
sólo dejaría entrar en mi cuerpo el oxígeno puro,
la nada en mi mente,
las ganas de vivir un día diferente,
el vacío abismal.
Pero con la noche sólo mueren la esperanza,
la insatisfacción, el tiempo
y la solemnidad de una jornada sin vuelta,
perdida.
Cae la noche,
cae mi corazón,
cae la vida.
Fundido en negro.
las cargas plomizas o los pesares absurdos,
mi pecho respiraría a lo grande
y, abriendo hasta el infinito los brazos,
sólo dejaría entrar en mi cuerpo el oxígeno puro,
la nada en mi mente,
las ganas de vivir un día diferente,
el vacío abismal.
Pero con la noche sólo mueren la esperanza,
la insatisfacción, el tiempo
y la solemnidad de una jornada sin vuelta,
perdida.
Cae la noche,
cae mi corazón,
cae la vida.
Fundido en negro.
Si, a veces se cae. Y con la caída se agiliza la imaginación. Y surgen versos que compensan.
ResponderEliminarMe gustó.
Saludos desde el sur del mundo.
Muchas gracias por tu comentario y tu saludo!
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