Solo
en el rincón daba vueltas,
quería
escapar y no sabía.
Siempre
se daba contra la pared.
Giraba
sin poder evitarlo,
se
perdía sin remisión.
Le
agobiaba lo más claro:
dos
paredes y una esquina.
El tiempo
pasaba sin más,
solo
en el rincón daba vueltas,
se
relamía en su propia desgracia.
Nunca
supo como escapar.
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