Sientes
la muerte subir por los huesos
tomando
poco a poco todo tu cuerpo.
Piensas
que la vida no puede realizarse
y por
tanto se pierde por fases.
Observas
cómo se corrompe la carne,
y miras
cómo se agua tu sangre.
Buscas
una salida a este tormento,
intentas
respirar aire fresco.
No le
ves sentido a esa existencia
y
pretendes acabarla por la fuerza.
Nada
hallarás que te alivie.
Dejas
que la enfermedad te envicie.
Nunca
podrás encontrar el descanso,
lo que
creas verdadero será falso.
¡Gritas
y gritas que tienes miedo!
¡Mírate,
te has convertido en fuego!
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