domingo, 29 de mayo de 2016

* ¡Qué pena!


¡Qué pena no hablar!
¡Que pena no decir!
¡Que pena no soltar
lo que nos pasa por la lengua!
¡Que pena no contar
lo que nuestra cabeza sabe!

Por escondernos,
por defendernos,
por salvaguardarnos,
por no explicarlo,
por no entenderlo,
por no afrontarlo,
por no querer...

¡Que pena dejar que reviente el corazón!
¡Que pena que se disuelvan los momentos!

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