jueves, 7 de enero de 2016

* Tu lengua


Llegó despacito, acariciando los alrededores, rastreando el acceso al interior y atravesó el espacio húmedo que la llevaría al deseado escondite. Allí estuvo lamiendo con decisión y avaricia. Pero una vez alimentada de mis ganas, y habiendo bebido mi desbocado éxtasis, emprendió la retirada hacia otros rincones que le deparasen placeres aún mayores. Y no volvió.

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