martes, 23 de diciembre de 2014

* Cyrano



  Te pensé Cyrano,
y dejé que tus palabras llenaran mis anhelos,
que el almíbar de tus cartas empapara mi ser.

  Te creí Cyrano,
y quise ver en tu corazón lo que tu rostro no mostraba,
ni dudé aún cuando el amor se dirigía a otro lado.

  Te amé Cyrano,
y abrí las cortinas a una luz que apenas infligía brillo,
enfilando un camino retorcido en inhóspitos recodos.

 Te lloré Cyrano,
y lamenté que los poemas abandonaran mis manos,
y desaparecieras tras una romántica muerte inexistente. 

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