Pensar en ti y notar la humedad
calando mi ropa interior es todo uno.
Ya había oído yo que había
mujeres a las que le sucedía esto con frecuencia sin contacto físico alguno.
Pero yo pensaba que eran trucos similares a los de algunas películas porno
baratas en las que, en cuanto asomaba el galán de turno, a todas las chicas se
les empapaban las bragas y se rendían a sus pies sin más diálogos que unos
cuantos gemidos. Sin embargo, contigo era algo espontáneo y rápido. No había
tiempo para deleitarse en preliminares recordando. Toda vez que tu pensamiento
llenaba mi cabeza se me aceleraban los latidos y la sangre empezaba a bombear
con fuerza hacia la parte inferior del cuerpo. Y de repente no existía nada
más. Todas mis ideas habían confluido en una sola y tu rostro daba tumbos en mi
cerebro de un lado a otro. Tras eso, empezaba a rememorar nuestro último
encuentro: tus besos, tu cuerpo que iba desnudando poco a poco, tus manos que
me recorrían ansiosas y lentamente a la vez. Y mi sexo se iba inundando con tus
recuerdos.
A la par que los espasmos se
apoderaban de mi interior, y me hacían sentirte involuntariamente en la
distancia, los fluidos de mi cuerpo se reconcentraban en tu persona y se
reflejaban en mi ropa interior. No necesito nada más para llegar a un momento
de éxtasis mejor: sólo seguir pensando en ti, seguir pensando en que volverás…
tú a tocarme y yo a sentirte. Y a hablarnos largamente en los silencios. Con intensidad, con ganas,
deleitándonos en lo que no podemos decir, en lo que no hace falta decir, pero
hay que compartir de algún modo.
¡Qué milagro de la naturaleza
es que tu cuerpo responda por ti cuando tú no sabes cómo reaccionar ante la
vida!
Adoro la sensación de recordarte con esa pasión que no soy capaz de controlar. Todo mi cuerpo maximiza el impacto de las sensaciones provocadas por tu lengua en diversos tramos de mi piel. Y se inunda. Me ahoga la ensoñación de tu nombre. Se baña mi necesidad en tu imagen. Y sólo puedo gozar, cerrar los ojos y complacerme; centrarme en cómo se empapa mi universo de ti, cómo en lo único que puedo mantener la atención es en la añoranza de tus dedos y recrear con los míos, aquellos momentos que anhelo con tanta intensidad y que hoy van a dejar al descubierto la parte más íntima de mi cuerpo.
Adoro la sensación de recordarte con esa pasión que no soy capaz de controlar. Todo mi cuerpo maximiza el impacto de las sensaciones provocadas por tu lengua en diversos tramos de mi piel. Y se inunda. Me ahoga la ensoñación de tu nombre. Se baña mi necesidad en tu imagen. Y sólo puedo gozar, cerrar los ojos y complacerme; centrarme en cómo se empapa mi universo de ti, cómo en lo único que puedo mantener la atención es en la añoranza de tus dedos y recrear con los míos, aquellos momentos que anhelo con tanta intensidad y que hoy van a dejar al descubierto la parte más íntima de mi cuerpo.
Creo que no puedo seguir
contándote lo que me pasa contigo. Mejor voy a intentar disfrutarlo…
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