hundida en los días pasados,
como un ancla
ciega y sorda,
ajena al moho de los años,
abandonada al vaivén de las olas.
Un ancla arrastrada a un fondo oscuro,
sin conciencia,
como un ancla,
enterrada y atrapada,
prisionera de recuerdos,
detenida en otras vidas.
Sólo soy un ancla.
un lastre para mi barco,
y como un ancla
me aferro
con fuerza y determinación
para que nada escape,
para no soltarme,
para morir en lo profundo.
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