suave,
húmedo...
...y
se oye el arrullo de una paloma,
un
claxon, el afilador,
un motor,
una sirena.
Las
pocas hojas que aún permanecen
en los
árboles se estremecen.
De una
costa muy distante
llega
una lluvia perezosa,
una
suerte de caricia salada,
el
recuerdo dulce de una apacible brisa.
Sopla el
viento del sur
suave,
húmedo...
...y
las calles se transforman en cada esquina:
nuevas
aceras, brillantes fachadas,
parques
inéditos, rostros desconocidos.
Las
chicas agarran fuerte sus pañuelos,
los
señores los sombreros.
Rompen
las olas en alguna orilla,
un
suspiro exhalado por el mar,
y el
cálido aroma del fin de un verano sobreviene,
un
aire que se entibia en el recorrido.
Sopla el
viento del sur:
suave y
húmedo.
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