Y espero que
las calles confluyan,
que las horas
nos aguarden,
que el
pensamiento se unifique.
Me imagino.
E imagino que
respiramos un mar,
que abrigamos
el mismo calor,
que la noche
nos devora.
Me detengo.
Y detengo las ansias de caricias,
la necesidad de una ilusión,
el desenlace que se escabulle.
Me derrumbo.
Y derrumbo los
sueños frágiles,
los puntales
de inventadas quimeras,
los pilares
que nunca sostuvieron.
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