Un velo de
agua cubre todas las fachadas
mientras en el
silencio de la tarde oscura
se deslizan
suaves entre canales
todas las
miradas del mundo.
Tras las gotas
se descubren balcones y puertas,
calles que no
lo son
y el mar que
aún no lo puede todo.
Tras la lluvia
se revela toda la belleza,
todo el
hechizo y el encanto de la piedra vieja.
Se abren mil
bocas al paso de tus puentes,
de tus
tejados,
…y ese olor.
Eres toda
aroma,
a sal húmeda,
a milenaria,
a tristeza.
Toda
melancolía,
Querría tener
mas ojos,
más oídos,
más boca,
más dedos,
más cuerpo
para recibir
de pleno, de lleno, de golpe
todas tus
emociones,
todo el
sentimiento que desprendes.
¡Oh, Venecia!
Quisiera
gritar,
quedarme en
silencio,
y, de pronto,
deshacerme
y quedarme en
ti.
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