* ¿Un masaje?

Me siento y estiro las piernas.
Cierro lo ojos y espero tus manos,
tus manos grandes que atrapen mis pies,
que amasen mis dedos con parsimonia,
con la indulgencia de quien derrocha favores,
con la sencillez de quien hace sin pensar.

Con los ojos cerrados espero tus manos
y sonrío ante el placer de un masaje inexistente,
que relaja y desentumece mi cuerpo,
sintiendo tu fuerza y tu presión.

Se me cierran los ojos esperando tus manos...