¿Retener?
¿Para qué,
el cielo y el
horizonte,
la luz del
atardecer,
las gaviotas y
la arena
en un trozo de
papel?
¿Conservar?
¿Para qué,
la fiesta y la
alegría,
el ambiente y
el “savoir-faire”,
o las sonrisas
perpetuas
en un montón
de cedés?
¿Mantener?
¿Para qué,
tu aroma y tu
presencia,
la suavidad de
tu piel,
tus caricias y
tus manos,
o tu imagen, que no lo es?
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