Ni las estrellas brillando incansables.
Tampoco el cálido verano que mecía las hojas a nuestro paso.
No quisieron.
No quiso el azahar que todo lo embriagaba.
Ni las tímidas luces titilando a lo lejos.
Tampoco las sonrisas cómplices que invitaban al descaro.
No quisieron.
No quiso la luna redonda que desde lejos observaba.
Ni la oscuridad de una noche perfecta.
Tampoco el tiempo que dejó a la deriva mis ojos en los tuyos.
No quisieron y escapó.
Ninguno quiso y huyó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Cuéntame qué te ha parecido!