* Rimar

 ¡Qué fácil es rimar sólo palabras

que no contengan más que letras!

Sencillo ir tecleando mientras perpetras

alguna que otra poesía macabra.

 No cuesta apenas ligar frases

cuando no quieres decir nada.

Pero todo cambia si buscas al hada

que haga que al leerlo abrase.

 ¡Qué difícil entonces hacer poesía

que no deje a nadie indiferente,

ni tampoco a quien lo oiga ahuyente,

por no sentir aquello que prometía!

 Llegada la hora de plasmar la emoción,

queda el duro trabajo de la escritura.

Porque la inspiración sólo así se conjura

para ayudarte en una buena creación.