martes, 24 de diciembre de 2019

* BUSCANDO UNA SALIDA

¡Qué harta estoy de estar siempre metida en esta casa! Desde que llegué aquí no he tenido ocasión de ir a ningún sitio. Y eso un día no importa, una semana se lleva bien, pero más de un mes sin salir… ¡no hay quien lo soporte!


La cuestión es que a mí me pareció un plan estupendo al principio. Compartir casa con ella no tendría por qué haber sido un aburrimiento de ninguna manera. Y sin embargo ¡qué equivocada estaba! A veces pasa eso. Te haces una idea de algo, de una situación, y te imaginas que va a ser maravillosa, ideal; que no va a surgir nunca un problema y que la relación con una persona va a ser estupenda. Pero claro, presuponer algo tan complicado tiene eso, que sólo es suponer, sin fundamento alguno. Y habrá materias complicadas, pero como la convivencia yo creo que ninguna.
Es verdad que nunca antes habíamos estado juntas. Nos habíamos visto, habíamos coincidido, pero nada más. Por eso cuando se decidió a dejarme entrar en su casa me pareció un poco repentino. Una especie de acto impulsivo, irracional. Aunque como yo en realidad soy igual, siempre me fío de todo el mundo a la primera. Sin embargo, en cuestión de días, parece que le ha ido ganando terreno la desidia y la ilusión que tenía por compartir su tiempo conmigo ha desaparecido del todo. A saber si no le habrá pasado igual ya antes con otras. Porque esta gente suele actuar siempre bajo el mismo patrón, y yo creo que no se dan cuenta del daño que hacen.

De todas formas ya sospechaba yo algo desde aquel primer día cuando me mostró el espacio que yo iba a ocupar con cierto aire de indiferencia. Debí haberme dado cuenta desde ese mismo instante en el que pude deducir cómo habían sido tratadas las anteriores ocupantes de aquellos pocos metros cuadrados. Sin embargo cuando no quieres enterarte de algo, no lo haces por más indicios que encuentres.

Y ahora no sé cómo salir de aquí.

He pensado rebelarme y el día que venga a buscarme para salir, plantarle cara y decirle claramente que no quiero estar con ella. O, deslizarme con sigilo cualquier noche y desaparecer, sin dar más explicaciones. Pero,  ¿a dónde voy a ir? Para eso tendría antes que encontrar a otra a la que yo le pudiera venir bien. Alguien que me necesitara o al menos pusiera algo de interés en mí. ¡No es tan fácil cuando te has hecho ya tantas ilusiones! Y eso sin contar con que prácticamente me tiene encerrada. No voy a decir que bajo llave, pero casi. ¡Y no, no estoy siendo nada exagerada! ¡Si es que no he visto la luz del sol desde que entré por la puerta principal!

Me daría una vergüenza horrible que los que han hecho de mi lo que soy se llegasen a enterar. Porque yo tengo una clase y un estatus que mantener, y no quiero tampoco convertirme en el hazmerreir entre las de mi promoción. No quiero ni pensar en que ésta tipa se desentienda de mí de tal manera que me convierta en segundo plato permanente… o tercero, o cuarto. Yo nací para ser tratada con otro respeto, con mucha más clase y educación. ¡Hasta con mimo, podría decir! Sin embargo la realidad es muy diferente y no sé cómo salir de este embrollo. La verdad es que no tengo tantas habilidades sociales. Tanta seda y tanto hilo de oro no han conseguido darme la fortaleza necesaria para enfrentarme a conflictos de esta naturaleza. Definitivamente tengo que encontrar una salida y escapar antes de que suceda algo terrible.
Oigo sus pasos. Se acerca.
Quizás haya llegado el momento de tomar una decisión…

-Pues la verdad Patricia, es que no sé en qué estaría pensando el último día que me llevaste al mercadillo el mes pasado. Siempre me pasa lo mismo. Mira que ya me había fijado justo en esa las otras ocasiones, pero si no me había convencido antes, no sé por qué esta vez tuve que traérmela. Hazme un favor y la próxima vez que insista en comprarme una camisa de seda, recuérdame lo mal que me sienta el azul. Un arrebato de lo más tonto y ni siquiera la he estrenado. ¡Cógela del armario, que por mí te la puedes quedar o quemarla!



FIN

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Cuéntame qué te ha parecido!