A veces, al llegar la noche,
compartimos una cerveza:
la mitad en cada vaso,
o a medias un vaso entero,
intercalando sorbos con besos.
Otras veces al servirla
desde tu vaso al mio:
se calienta, pierde fuerza,
se derrama, y
apenas queda nada que beber.
Algunas noches
no tenemos cerveza:
nada que compartir,
nada con lo que hidratar los besos,
Vasos vacíos, aquí y allí.
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