He
pensado mucho en todos los momentos que hemos pasado juntos, en todos esos
momentos que una vez supimos disfrutar recorriendo todos los tópicos de dos
enamorados que se sorprenden con cada caricia, con cada beso. He pensado en las
caricias, en tus manos y en las mías, en nuestras manos entrelazadas con miedo,
con indecisión al principio, cuando todos nos veían pero nosotros no éramos
capaces de vernos. Cuando sentirnos felices era casi un desafío al mundo. He
pensado en los besos, en tu boca y en la mía, en nuestros labios susurrándose
deseo con fingido atrevimiento en el primer beso, con besos clandestinos y
ocultos a nuestros propios corazones. Cuando dejarnos llevar con los ojos
cerrados era un órdago a la vida.
He pensado mucho en todo lo que hemos
vivido. He pensado en todo cuanto hemos sentido. He pensado en mis dedos
soltando los botones de tu camisa uno a uno, con reparos la primera vez, con
decisión todas las siguientes. En mi rostro deslizándose por tu pecho, aspirando
tu olor, degustando tu ansiedad, tus ganas. He pensado en mis brazos cuando te
rodeaban agarrando sensaciones que no quería dejar escapar. Cuando no eran
suficientes para recorrerte de arriba abajo. Cuando me hacía falta más cuerpo
para amarte. He pensado en tus dedos entrando en mi vestido, buscando con
prudencia por dónde llegar a mi satisfacción. En tu rostro acariciando mi
vientre, en tu lengua saboreando mi clímax que nunca se daba por satisfecho al
completo. He pensado en tus brazos cuando abarcaban con ternura mi intimidad.
Cuando se sentían pequeños ante la inmensidad de unos sentidos que nos
sobrepasaban. He pensado en las miradas, en las largas tardes de mirarnos, de
buscarnos uno dentro del otro y fijarnos. En tus ojos, en los míos, en lo que
veíamos juntos, en el horizonte donde nos perdíamos, en la noche que cegaba
nuestra voluntad.
He pensado en tu desnudez, en la mía,
en nosotros a medio desvestir, rozándonos, descubriéndonos despacito, después de
habernos desgastado en una batalla amatoria violenta y febril. He pensado en la
pasión agotadora, en la necesidad de tu cuerpo dentro del mío, en el capricho
de mi cuerpo sobre el tuyo. He pensado mucho en todas las ocasiones en las que
sólo nos separaron milímetros. He pensado en cada oportunidad perdida porque el
día a día nos obligaba a mirar hacia otro lado, porque el aire se abría paso
entre tu piel y la mía enfriando las yemas de unos dedos anhelantes de calor.
He pensado en las palabras que jamás existieron porque murieron cobardes en
tránsito. En todo lo que pudo ser, lo que pudo nacer, lo que pudo
sobrevivirnos. Y en todo lo que nunca debió escribirse. En nosotros esperando
una disculpa de la vida, una excusa por hacernos coincidir y empujarnos de
cabeza a la hoguera de una aventura cálida y apasionada.
He pensado cuánto más podría habernos
zarandeado este amor. Cuántas vueltas más habríamos sido capaces de dar enredados
en el desasosiego y la lujuria. He
pensado en cuántos lugares extraños se habrán quedado sin disfrutar del calor
de nuestros cuerpos yaciendo con la desesperación de los amantes sin hogar,
errantes, en la búsqueda constante de una tierra reservada solamente al placer.
He pensado en cuántos lugares propios llorarán nuestra negligencia. ¡Cuántos rincones tuyos habré olvidado donde dar
rienda suelta a mi lascivia! ¡Cuántos ángulos míos donde pudiera haber acampado
tu excitación! ¡Cuántos recodos por explorarnos!
He pensado mucho en todas las historias
recreadas, en las líneas que dejamos impresas, en las andanzas, las jornadas,
los episodios interpretados desde la inconsciencia o la determinación. He
pensado en ti, en mí, en nosotros. He pensado en tu cuerpo, en el mío, en
nuestros cuerpos deshechos por los besos, por las caricias, por los mimos, por
los manoseos, por lo que hicimos, por lo que dejamos de hacer, por lo que nunca
haremos. He pensado en el ayer, en un pasado que aún permanece; en el hoy, en
un presente que no encuentro; en el mañana, en un futuro que no concibo. He
pensado en no pensar, en sentir lo que recuerdo, en paladear lo que sienta, en
liberar los sentimientos.
He pensado mucho en ti.
He pensado mucho en mi.
FIN
Delicioso, delicado, me faltan adjetivos. Gracias por encantarme con tu arte.
ResponderEliminar¡Muchísimas gracia por comentar! Si te hace sentir, yo me doy por satisfecha.
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