tus manos
entre las mías
tu amor entre
las mantas
las canciones,
las manías
las esperas,
las ansias.
Añoro tus
palabras en la alfombra
tus paseos por
mi espalda
tus pies fríos
en la cama
los abrazos,
los tormentos,
las sonrisas, los
mañanas.
Pero todo se
diluye en una palabra:
la que no se
dice,
la que no se
escucha,
la que sola se
acalla por temida,
por deseada,
por recelada,
por ansiada.
Una palabra
que se ignora,
a la que se
apuesta cuando ya nadie gana,
a la que se
invoca cuando el silencio emana.
Ninguno podrá
enarbolarla
ni hallar el
valor de usarla.
Sus letras
vagarán perdidas
y en ellas el
amor enganchado
volará lejos
dejando
atrapada la
memoria
y desahuciada
la añoranza.
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