domingo, 16 de agosto de 2015

* Lluvia ardiente

    
    Cuando pienso en todo el tiempo transcurrido entre tus brazos, me gusta recordar cómo me encontraste. Bastaron unas palabras esparcidas intencionadamente por las nubes y que volaron hasta ti transformadas en deseo. Un deseo que tú nunca habías arrinconado del todo y que devolviste a mí como ardiente lluvia. Hoy, como desde aquel primer día, me dejo empapar mientras acaricias mi pelo mojado.  

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