el verde, el
negro... tus zapatos;
tu sombra
permanece junto a la mesa
aunque en tono
gris gastado;
tu aroma aún
resiste a la corriente
y se ha mezclado
con perfumes insolentes.
Por eso me
siento aquí,
esperando a
que el café retome su olor
la mancha en
tu silla se diluya
y tu presencia
desparezca de la esquina.
desparezca de la esquina.
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