Déjame que nade hasta el horizonte
que llegue al final y vea la luz,
déjame que saboree el gusto de lo infinito
y sienta el pavor del otro lado.
Déjale nadar sin rumbo hacia adentro
confundirse con las olas y sentirse otro;
déjale disfrutar de la inmensidad del azul
y perderse en el color de la profundidad.
¡Aprovecha el oleaje de alegría
zambúllete en la felicidad hecha espuma
...y hazte mar!
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